Prisioneros del Libre Mercado

El libre mercado supuestamente traería beneficios para todos. Promociones, avances y adelantos, en cuanto a atención, eficacia y calidad, todo a nombre del consumidor. Sin embargo, se ha dado que éste es finalmente el consumido. En un punto en que el libre mercado ha hecho dudar a medio mundo, en mitad de una crisis mundial de proporciones, el caso de las farmacias coludidas vino a ser la guinda de la torta, el liberador de la indignación pública, y la prueba final de que hay que hacer algo con este supuesto libre mercado.

Un tema tan importante como desconocido, el de los medicamentos, es algo de lo que todos debiéramos conocer, transparencia en los precios reales que ellos pagan a los laboratorios, cosa que no se dará mientras la propiedad de las farmacias esté en el poder de unas cuantas manos. Por eso es tan fácil que se den colusiones de este tipo, en el fondo la competencia es un engaño, un teatro mientras se aprovechan de nuestra ignorancia.

Ahora que el lío está al sistema descubierto, pasó a destapar otro: la poca regulación existente, si hubiera un eficiente de vigilancia sobre lo que hacen las empresas con sus precios, y sobre todo las farmacias, que influyen directamente sobre la salud de la ciudadanía, no cobrarían lo que se les antojara. Las teorías del libre mercado se crearon para lucrar. Está bien, siempre y cuando se cree una competencia equilibrada y justa. No obstante, pasó lo contrario, este tipo de competencia terminó eliminando a la competencia. Lo más grave es que los errores causados por las faltas de criterio de algunos cerebros del “libre mercado”, no los pagan ellos, sino todos sus clientes, muchas veces, de escasos recursos y peor aún, enfermos.

Algunos las han defendido diciendo que el sistema anterior: de las boticas y su boticario era muy precario. OK. Estamos de acuerdo en que estas tres grandes cadenas de farmacias, vinieron en cierta medida a facilitarnos la vida, sus locales comenzaron a multiplicarse, y la competencia hizo bajar los precios de vez en cuando con sus ofertas. Es cierto que para algunas personas fue mucho más fácil comprar remedios caros a crédito. Pero… ¿alguien necesita cinco farmacias en una sola esquina?, ¿es necesario comprar maquillaje, pañales, bebidas, etc. al mismo tiempo que los remedios? En el tiempo de mis papás, no era necesario, y podían vivir muy bien. Tal vez estas necesidades inventadas por el nuevo concepto de farmacia, son ficticias, lo mismo que el celular, el e-mail, herramientas muy útiles, sin duda, pero también prescindibles.


Caras de raja:
Cara de raja number 1: Cara de raja silencioso




Cara de raja Number 2: Cara de raja doble, ya que además de negarlo todo, trata de mentirosa a su competencia


Cara de raja Number 3: que además de confesar su plan maléfico ofrece 1 millón de dólares al fisco. 1 millón, cuántas decenas de millones habrán ganado robandonos a todos. en fin para la risa. (qué más nos queda!)





1 comentarios:

David Guerrero Valenzuela dijo...

Siempre temo cuando, ante la interrogante-aseveración de: no necesitamos tantas farmacias, cómo lo hacían antes?; responden con un: antes no existian tantas enfermedades.

Da miedo. pero lo que si considero, es que la gente está sobreexpuesta a la medicina. Cualquier dolencia es como para que poco más sean internados en una clínica.

Y dentro de este contexto llegaron estos tres cerditos, uno silencioso, uno balsudo y uno ponciopilato.

Si, somos víctimas, y me carga que asi sea. Estamos metidos hasta los cocos en el lodo del consumismo y nada pareciera salvarnos.

Beso, guapa