Gran Torino


Clint Eastwood me cae mal. Lo encuentro sobrado. Considero que en todas sus películas tiene la misma cara, jamás se ríe y hace del loco cabrón que se las sabe todas. Parece que se le quedó pegado el papel de mijito rico del oeste. Sin embargo, como director desde el año 1995, que es la fecha de la primera película que vi (antes yo era demasiado joven), que ha sacado una película buena tras otra. Y parece que mejora con el tiempo: este añoso actor, productor y director se las trae para estar bordeando los 80 otoños.


Su última creación fue “El Gran Torino”, film que revela muy bien la realidad de un barrio marginal estadounidense: las injusticias que sus habitantes deben soportar, sólo por el hecho de vivir entre pandillas, que no tienen la menor consideración ni con su propia familia.


Allí vive, el personaje principal, nuestro Clint Eastwood, veterano de la guerra de Corea. Viejo, gruñón, lleno de prejuicios y completamente solo tras la muerte de su esposa y única compañía.Al lado de su casa vive una familia de inmigrantes asiáticos, con los que después de varios altercados, termina haciendo lazos de amistad, logrando superar sus prejuicios y reconciliarse un poco con la vida. Hechos que finalmente llevarán al desenlace de la trama.


Como ha sido la tónica de este director, los finales felices simplemente no van. Y qué bueno porque le otorga un poco más de realismo a la falsa shit hollywoodense (happy ending) a la que nos tienen acostumbrados. Igual que en “Million Dollar Baby”, Gran Torino, termina dramática e inesperadamente, ésta película, es una oda a la redención, nunca es tarde para ser mejor.


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