De un tiempo a esta parte, nos hemos dado cuenta de la inevitable dualidad que se instala entre el progreso y preservación del medio ambiente. Hay quienes piensan que para el desarrollo, es importante hacer algunos sacrificios, y otros, que nada justifica los daños irreversibles que puedan ser causados al ecosistema en el que todos vivimos.
En Chile, a pesar de que los últimos gobiernos han prometido un desarrollo sustentable, y no poner en riesgo los ecosistemas, se han consentido numerosos planes, como el de Pascualama y más recientemente la planta de gas en Peñalolen, pese a la enérgica oposición de vecinos del sector, y grupos ambientalistas.
El proyecto presentado por Metrogas, para la construcción de una planta de gas propano-aire en la comuna de Peñalolen, ha causado el rechazo por parte de los vecinos y de la Municipalidad de la comuna. Los vecinos en el sitio web creado en contra de la planta, expresan su miedo y su férreo rechazo a la construcción de la planta, argumentando que en el estudio de impacto ambiental entregado por la empresa no se da claridad respecto de las mitigaciones medioambientales que se tiene que hacer en la zona y no se establece con claridad los temas de seguridad en relación a las viviendas aledañas.
La empresa Metrogas, con plantas ubicadas en Maipú y Estación Central, que en conjunto producen un millón de metros cúbicos de gas, teme un posible corte de suministro, debido a la crisis de gas desde Argentina, por lo que cree necesaria la construcción de una tercera planta en Peñalolen alto, que no se usaría si es que no fuera estrictamente necesario según dicen sus portavoces y que aseguraría el abastecimiento de gas para las comunas de Las Condes, Vitacura, Providencia, La Reina y Lo Barnechea.
Por su parte el alcalde Claudio Orrego alega que el proyecto anteriormente había sido rechazado en La Reina. Refiriendose al tema declaró “nos están discriminando, porque piensan instalar una planta en esta comuna para poder surtir de gas al resto. ¿Por qué no buscamos un terreno sobre la cota 900 en alguna de esas comunas e instalamos la planta ahí? La quieren poner en Peñalolén porque aquí no vive gente tan poderosa como en las otras comunas”
La construcción de la planta había sido interrumpida, sin embargo hace algunas semanas fue reanudada tras haber recibido la autorización definitiva de la Corema.
Siguiendo en la línea de proyectos que puedan causar impacto ambiental está el de las cinco megacentrales hidroeléctricas que se pretenden construir en la XI Región. Proyecto denominado Hidroaysén y que ya fue aprobado por el Tribunal de Libre Competencia. No obstante, aún falta la aprobación de la Evaluación de Impacto Ambiental.
Estas centrales se construirían en los caudalosos ríos Pascua y Baker en la lluviosa región de Aysén. El proyecto sería un gran beneficio para el país, ya que actualmente la mayor parte de la energía es importada.
Hernán Salazar, Gerente General de Hidroaysén, indicó que actualmente Chile importa el 72% de la energía que consume en forma de combustibles fósiles, lo que nos hace depender de la variabilidad de los precios que éstos tienen en el mercado internacional, y recalca que la construcción de estas represas disminuye la dependencia exterior, al utilizar un recurso natural propio. También afirma que al ser energía hidroeléctrica se reducirá la emisión de gases CO2 y los que producen el efecto invernadero.
Sin embargo, este proyecto ha sido fuertemente criticado por grupos ecologistas, quienes aseguran que el impacto ambiental que traerá consigo es enorme e irreversible, ya que para llevarlo a cabo se verán inundadas más de nueve mil hectáreas de la Patagonia chilena, lo que sin duda, causará la muerte de todo ecosistema que se desarrolle en la zona.
Juan Pablo Orrego, representante del Consejo de Defensa de la Patagonia, junto a Sara Larraín, miembro del Partido Ecologista, entregaron una carta a la Presidenta Bachelet, recordándole sus propias palabras en un discurso dado el año 2006 donde aseguraba que "ningún proyecto de inversión podrá pretender hacerse rentable a costa del medioambiente".
Aún así, con todo el daño que podría causar la construcción de estas centrales, Edmundo Pérez Yoma, Ministro del Interior, y Marcelo Tokman, Ministro de Energía, están de acuerdo argumentando que significa un gran avance para la nación, declarando que representa una fuente de energía de bajo costo, muy necesaria en tiempos de altos precios en los combustibles.
En el tapete está también la situación de la industria salmonera en el sur de Chile, que según el empresario y ecologista Douglas Tompkins, son un daño para el medio ambiente y también para la salud de las personas, calificando a las jaulas de los salmones como verdaderos “criaderos de chanchos”, debido a toda la basura que produce, la que no es debidamente reciclada, sino que es tirada al mar o a vertederos clandestinos. Según Tompkins, no se puede justificar la existencia de las empresas en esas condiciones sanitarias, por el sólo hecho de generar empleos, (los que ascienden a la importante cifra de 53.000), en desmedro de la creación de una industria sustentable, pensada para el largo plazo.
Las dos partes parecen importantes, por un lado están las poderosas empresas, generando empleos y de algún modo haciendo crecer al país dentro del sistema económico mundial neoliberal, y por otro lado están los intereses de los grupos ambientalistas de proteger los recursos naturales no renovables que se ven comprometidos. Finalmente queda en manos del Estado la decisión, a qué le da más importancia, al bienestar en el corto plazo o al bienestar de las próximas generaciones de chilenos que querrían ver un país limpio, tal como lo recibimos nosotros.
En Chile, a pesar de que los últimos gobiernos han prometido un desarrollo sustentable, y no poner en riesgo los ecosistemas, se han consentido numerosos planes, como el de Pascualama y más recientemente la planta de gas en Peñalolen, pese a la enérgica oposición de vecinos del sector, y grupos ambientalistas.
El proyecto presentado por Metrogas, para la construcción de una planta de gas propano-aire en la comuna de Peñalolen, ha causado el rechazo por parte de los vecinos y de la Municipalidad de la comuna. Los vecinos en el sitio web creado en contra de la planta, expresan su miedo y su férreo rechazo a la construcción de la planta, argumentando que en el estudio de impacto ambiental entregado por la empresa no se da claridad respecto de las mitigaciones medioambientales que se tiene que hacer en la zona y no se establece con claridad los temas de seguridad en relación a las viviendas aledañas.
La empresa Metrogas, con plantas ubicadas en Maipú y Estación Central, que en conjunto producen un millón de metros cúbicos de gas, teme un posible corte de suministro, debido a la crisis de gas desde Argentina, por lo que cree necesaria la construcción de una tercera planta en Peñalolen alto, que no se usaría si es que no fuera estrictamente necesario según dicen sus portavoces y que aseguraría el abastecimiento de gas para las comunas de Las Condes, Vitacura, Providencia, La Reina y Lo Barnechea.
Por su parte el alcalde Claudio Orrego alega que el proyecto anteriormente había sido rechazado en La Reina. Refiriendose al tema declaró “nos están discriminando, porque piensan instalar una planta en esta comuna para poder surtir de gas al resto. ¿Por qué no buscamos un terreno sobre la cota 900 en alguna de esas comunas e instalamos la planta ahí? La quieren poner en Peñalolén porque aquí no vive gente tan poderosa como en las otras comunas”
La construcción de la planta había sido interrumpida, sin embargo hace algunas semanas fue reanudada tras haber recibido la autorización definitiva de la Corema.
Siguiendo en la línea de proyectos que puedan causar impacto ambiental está el de las cinco megacentrales hidroeléctricas que se pretenden construir en la XI Región. Proyecto denominado Hidroaysén y que ya fue aprobado por el Tribunal de Libre Competencia. No obstante, aún falta la aprobación de la Evaluación de Impacto Ambiental.
Estas centrales se construirían en los caudalosos ríos Pascua y Baker en la lluviosa región de Aysén. El proyecto sería un gran beneficio para el país, ya que actualmente la mayor parte de la energía es importada.
Hernán Salazar, Gerente General de Hidroaysén, indicó que actualmente Chile importa el 72% de la energía que consume en forma de combustibles fósiles, lo que nos hace depender de la variabilidad de los precios que éstos tienen en el mercado internacional, y recalca que la construcción de estas represas disminuye la dependencia exterior, al utilizar un recurso natural propio. También afirma que al ser energía hidroeléctrica se reducirá la emisión de gases CO2 y los que producen el efecto invernadero.
Sin embargo, este proyecto ha sido fuertemente criticado por grupos ecologistas, quienes aseguran que el impacto ambiental que traerá consigo es enorme e irreversible, ya que para llevarlo a cabo se verán inundadas más de nueve mil hectáreas de la Patagonia chilena, lo que sin duda, causará la muerte de todo ecosistema que se desarrolle en la zona.
Juan Pablo Orrego, representante del Consejo de Defensa de la Patagonia, junto a Sara Larraín, miembro del Partido Ecologista, entregaron una carta a la Presidenta Bachelet, recordándole sus propias palabras en un discurso dado el año 2006 donde aseguraba que "ningún proyecto de inversión podrá pretender hacerse rentable a costa del medioambiente".
Aún así, con todo el daño que podría causar la construcción de estas centrales, Edmundo Pérez Yoma, Ministro del Interior, y Marcelo Tokman, Ministro de Energía, están de acuerdo argumentando que significa un gran avance para la nación, declarando que representa una fuente de energía de bajo costo, muy necesaria en tiempos de altos precios en los combustibles.
En el tapete está también la situación de la industria salmonera en el sur de Chile, que según el empresario y ecologista Douglas Tompkins, son un daño para el medio ambiente y también para la salud de las personas, calificando a las jaulas de los salmones como verdaderos “criaderos de chanchos”, debido a toda la basura que produce, la que no es debidamente reciclada, sino que es tirada al mar o a vertederos clandestinos. Según Tompkins, no se puede justificar la existencia de las empresas en esas condiciones sanitarias, por el sólo hecho de generar empleos, (los que ascienden a la importante cifra de 53.000), en desmedro de la creación de una industria sustentable, pensada para el largo plazo.
Las dos partes parecen importantes, por un lado están las poderosas empresas, generando empleos y de algún modo haciendo crecer al país dentro del sistema económico mundial neoliberal, y por otro lado están los intereses de los grupos ambientalistas de proteger los recursos naturales no renovables que se ven comprometidos. Finalmente queda en manos del Estado la decisión, a qué le da más importancia, al bienestar en el corto plazo o al bienestar de las próximas generaciones de chilenos que querrían ver un país limpio, tal como lo recibimos nosotros.
(sólo por actualizar)
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